El arte de las sombras

                          

Algunas personas creen que porque me gustan las formas refinadas del arte oscuro significa que hago magia negra, vudú sangriento o que me acabo en drogas extremas.

Los que en verdad me conocen saben que no es así.

El arte macabro presenta las cosas tal como son sin maquillarlas,

 el bufón se burla de una forma tal vez despiadada pero sincera de una parte de nuestra realidad.

El teatro horroroso, está presente desde los juegos de los niños, en las casas del terror, en los cuentos de brujas.

 El miedo está en la cabeza de las personas, es una ilusión que puede disolverse con la consciencia del ser eterno que yace en todo.

 La sombra está ahí como un reto a tener el valor de besar a la misma muerte.

 Cuando uno baila con ella se libera, aceptando su infaltable presencia.

 Las cosas que nos atemorizan de nuestro mundo están ahí para enseñarnos algo, son solo otra manifestación dela creatividad del universo.

Cuando uno reconoce lo lóbrego que se oculta en la naturaleza humana,  uno le quita ese poder nefasto que le da la mente, la sombra no es buena ni mala, solo es. Y así todas las cosas de universo.

Al hacer esto aceptamos que todo lo que es, es por algo. Al encontrar la belleza en una calavera, en los huesos que se ocultan bajo la carne, al hallar la hermosura de una polilla peluda, 

 la ternura en una rata, la delicadeza del polvo del tiempo ilusorio, la divinidad de la sangre que corre dentro y fuera de nuestras venas, la elegancia del plumaje de un cuervo, la simpatía en el caminar de un gallinazo carroñero……. nos hacemos más fuertes, desde el estómago hasta el alma. Nos liberamos de juicios que generan etiquetas que definen las cosas y no permiten su transformación alquimica hacia la luz.