Daniela Scalla

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Soy mujer y madre, artista, sanadora, escritora, guionista sideral ,pintora de sueños, danzante del tiempo , fotógrafa de los eternos y bruja autodidacta, soy todo y no soy nada, pero sobretodo soy libre, para ser cualquier cosa que necesite ser.

viernes, 15 de julio de 2016

EL VICIO

                                                                                una noche de un 2013                                                                                  
Algunas veces  recurro al vicio de volar, lo suelo hacer para no sentir ciertos dolores, piedras evadibles al menos por un rato, para aplacar la despiadada acción de las espinas en la carne viva de mi pecho, olvidando un rato incalculable los espejos terrenales del cuerpo. Con vuelo hábil  y fatigados pies, intento  acordarme de quien era, de quien soy siempre, aunque finja ser otr@, aunque juegue a ser mortal una que otra vida. En mi obstinado aleteo, hay algunas veces que logro encontrar enseñanzas profundas y dulcemente poderosas, conocimientos que transporta el viento en su pasar sempiterno*.
 Volar se me ha hecho costumbre aunque debo admitir que lo hago más a la luz de la luna, cuando es demasiado tarde para todo pero lo suficientemente temprano como para ser en el ensueño. Anuncio a los cuatro vientos, que he apoyado mis patas en el borde de muchos  abismos, que he desafiado a las leyes de la gravedad con mi nocturno intento.      Mis ojos se han manchado de sangre, mi garganta se ha llenado de ciegos silencios y fugaces gritos de luz. Mis manos se han curtido por el viento helado de mi vuelo, se han manchado de rojo y todas las gamas del negro cielo,  mis dientes se han golpeado con los huesos de la señora de negro, las encías se han encogido al morder  el hielo de su aliento, la lengua se ha tragado el veneno que los cadáveres móviles han sembrado en mis bosques. He volado a pesar de los fantasmas del  miedo, y confieso que por la calles de la noche me he adentrado en recurrentes temores como el de los cuchillos. Esos que se apoderan de mis cajones y me dan un dominable  miedo irresistible y visiblemente desgarrador. Es cierto. He tenido un deseo desesperado de poder hundir esa filuda lama en mis tejidos, abriendo venas, explorando las capas del dolor, visitando tal vez con decidida violencia mis entrañas vacías, cegada por la humedad de mi llanto amnésico, pero con un miedo racional y totalmente lucido de no poder llevar a cabo una tan radical acción.
He soltado los filudos metales venciendo la curiosidad  por los labios vacíos de la que me llamaba, labios ávidos por mi aliento. He resistido al llamado de sus ojos sin fin suplicando mi alma, he vencido el temblor de mis muñecas venosas, mientras mis pasos han retornado a ser firmes y descansar desnudos. He logrado naufragar al fin en la costura del pensamiento inspirado, en el olor a paleta en mi piel, a los cabellos manchados de rojo y todos los matices del pensamiento. Entierro lo más firmemente posible mis raíces,  para penetrar  con fiereza en esta tierra. Anhelo con viva confianza que llueva la abundancia real a todas las hojas de tu vida y la mía, al ser despierto y atento. Que se hagan realidad los deseos del ser verdadero, que se ponga obstinada la fuerza cuando se trate de crear, de salir del pozo o dejar de deambular por los abismos del ser que habita en nuestra sombra, para aprender de él sin perderse en su eterna bruma, para forjar con el calor del latido la espada de la voluntad, de la divinidad ultima que somos, lector hermano del camino.

 *EL VIENTO.  Junto con todos los seres de este mundo  y universo cumple con misiones en todos los planos del ser, en el físico, emocional, mental y el espiritual. Tiene una memoria impersonal que pertenece al tiempo y a los espíritus. Guarda y transporta las emanaciones del pensamiento humano, como hace con las hondas de radio. Moviliza masas de pensamiento,  reúne  las ideas afines en su paso de rutina perfecta, generando así  conexiones mentales en todo el planeta. 

1 comentario:

  1. El vuelo, el viento y el vuelco,
    la locura, el odio y la cabeza,
    el silencio, el vacio y el hueco,
    la paciencia, el amor y la belleza.

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